Con 25 centímetros de ancho y de unos 800 gramos de peso, llegó a España una nueva forma de controlar los gastos de electricidad y calefacción. Se presentó en la feria Internacional IFA Berlín, en septiembre de 2014 MyCactus, el centro domótico de tu vivienda.
Este dispositivo aporta como gran característica su programación automática y continua, capaz de aprender de los hábitos de su dueño. Si se cambian los horarios de luz no es necesario reprogramarlo, pues detecta cada nueva rutina y lo hace solo, y toda esta información la procesa en la nube.
Es el primer mecanismo del mercado que está en compatibilidad con las nuevas tarifas horarias de electricidad, implantadas por el Gobierno. Esto da el pistoletazo de salida en la carrera por la nueva generación de las casas inteligentes.
“La domótica también será sin lugar a dudas una parte importante dentro del concepto de la internet de las cosas y en esta dirección ya apuntan gigantes tecnológicos como Google y Apple”.
En 2013 se contabilizaron 17 millones de dispositivos inalámbricos en los hogares, según la agencia ABI Research, y se esperan para 2018 aproximadamente unos 500 millones.
El mercado de la domótica en España hasta el 2008 estuvo muy relacionado a la construcción,
“inició un periodo durísimo, cuya consecuencia inmediata fue la desaparición de muchas empresas. Hoy, levanta cabeza gracias a la demanda creciente de soluciones enfocadas al ahorro y la eficiencia energética“
indica Oscar Querol, director de la Asociación Española de Domótica (CEDOM).
La implantación de estos mecanismos trae a los hogares un ahorro mínimo de entre un 25% y 30% de consumo energético, o lo que es lo mismo, la inversión de la adquisición de estos se puede recuperar en tres años, según la Asociación Española de Domótica (CEDOM).
El ahorro en luz y calefacción, es un pilar más para la domótica en el sistema de control de suministros, pues como indican expertos
“no es un producto, es un concepto que se define como la integración de sistemas, servicios e instalaciones dentro de una vivienda y en cualquier otro tipo de edificio”.
La domótica no es cara, dado que resulta económicamente viable y amortizable a medio plazo. Lo verdaderamente importante, si decidimos instalar estos dispositivos en nuestros hogares, es dar mucha importancia a que los sistemas que instalemos sean modulares y permitan cualquier futura ampliación en su funcionamiento.
Casas inteligentes, personas inteligentes… domótica.
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